, Borrego, Orlando Orlando Borrego Che, el camino del fuego 

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.Varias veces se entrevistó con los autores que presentaban los proyectos más pro-metedores.Nadie podía imaginarse en aquel entonces que ese movimiento se convertiría, con elcorrer de los años, en una fuerza organizada que permitió dar solución a innumerables problemastécnicos que tuvimos que afrontar en la industria del país después de su nacionalización.De la eva-luación de aquellos proyectos aparentemente soñadores en algunos casos, surgieron muy prontograndes soluciones tecnológicas para el desarrollo agrícola e industrial de Cuba, entre otros, la pro- ducción masiva de las cortadoras y alzadoras de caña, proyecto este al que el Che le dio la más es-merada atención personal.Más tarde de allí surgieron los centros de acopio para la industria azuca-rera y otras importantes producciones de la industria mecánica.El movimiento de inventores e inno-vadores abarcó todo el país y su pujanza perdurable ha llegado hasta hoy en parejo crecimientocon el desarrollo científico técnico alcanzado en los años de revolución, representando ahorros mi-llonarios por la vía de sustitución de importaciones o la producción nacional de las más diversasmaquinarias, equipos, piezas de repuesto y otros productos para los distintos sectores de la econo-mía, incluyendo el sector científico y la salud pública del país.Sobre las peripecias de aquellos días en que soñábamos con la industrialización del país, el Cheescribiría poco tiempo después:La industrialización del país, es una frase sonora con cierto aire majestuoso de algo lejano, degrandes países capitalistas, quizás con ruido de grandes fábricas con martillos machacando meta-les, de hornos enormes que vuelcan su metal fundido, de empresas químicas monumentales, ro-deadas todas por la aureola misteriosa de lo inalcanzable; sin embargo, la industrialización es unproceso normal en la historia económica de los pueblos, que es en definitiva la historia misma.esnuestra tarea liberarnos, y para ello tenemos que crear en el país la mayor cantidad de artículos deconsumo, ya sean alimentos, vestidos o enseres de todo tipo y también las materias primas nece-sarias para elaborar dichos productos.Naturalmente, en este mundo interrelacionado, la industriali-zación tiene que producirse en lucha contra los grandes capitales extranjeros que logran sus ga-nancias de nuestra situación de subdesarrollo y semicolonialismo.Pero estas ideas tendrían que precisarse en metas concretas a partir del conocimiento, lo más de-tallado posible, de las necesidades y posibilidades del país, para llevarlas a cabo con el mayor rea-lismo posible.Una de las primeras tareas que se impuso el Che fue la de estudiar las condicionesde la economía cubana y su posición en 1959, en el concierto económico latinoamericano, aten-diendo a su dependencia de los Estados Unidos de América.Pero también, la primera dificultadque se presentaba era cómo llevar a cabo esos estudios, que no podía ser la obra de una sola per-sona, y por otra parte no se contaba con el personal especializado suficiente para realizarlos.Delos pocos economistas cubanos que existían, casi todos graduados en universidades norteamerica-nas, la mayoría había tomado, como buenos lacayos, el camino hacia donde se habían formado.Fue entonces que el Che inició una urgente búsqueda de economistas en otros países latinoameri-canos, que estuvieran dispuestos a colaborar en el proyecto revolucionario.La respuesta llegó fun-damentalmente de Chile, donde un grupo de jóvenes graduados en universidades de ese país, al-gunos de ellos militantes del Partido Comunista, y otros que sin serlo, simpatizaban con Cuba, arri-baron a la Isla para prestar su más decidida colaboración.A ellos se sumaron otros de México, Ar-gentina, Ecuador y otros países.Entre los economistas chilenos más descollantes por su preparación, inteligencia, modestia y dedi-cación a la obra revolucionaria se encontraba Jaime Barrios, quien colaboró estrechamente con elChe en el Departamento de Industrialización primero, luego en el Banco Nacional de Cuba y en laJunta Central de Planificación.Años más tarde Barrios retornaría a su país y al triunfar el Gobiernode la Unidad Popular ocupó importantes cargos en el Estado chileno.Finalmente fue vilmente ase-sinado por las tropas pinochetistas al ser tomado prisionero en el Palacio de la Moneda, lugar don-de fungía como asesor del heroico presidente Salvador Allende [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]
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